Parece terminado. Pero «no prevalecerán»

por Fabio Battiston

Muy estimado Aldo Maria

Las heréticas y brutales palabras de Bergoglio en tierras de Oriente, que usted informó en su último post, me confirman hasta qué punto los debates en curso sobre la crisis en la Iglesia o de la Iglesia, sobre el Papa sí, no, tal vez y sobre cómo y hacia dónde va la barca de Pedro, ya casi no tienen sentido.

Lo que importa es la realidad que tenemos ante nuestros ojos, una pesadilla que se ha materializado no hoy sino en un proyecto plurisecular, madurado en esa historia fúnebre que usted y los demás invitados autorizados han contado tan bien en el vídeo de Legio Christi que seguí enteramente. Una historia de pensamientos, palabras, obras y omisiones que, ladrillo tras otro, construyó el edificio satánico sobre el que ahora se apoya firmemente la Iglesia temporal, ya no católica, de este comienzo del tercer milenio.

Estoy cada vez más convencido de que asistimos en vivo -testigos petrificados e impotentes- al hundimiento, aunque sea temporal, de la barca de Pedro en este planeta nuestro. Es indudable de que esto lo permite el Dios Trinitario (no hay otros, diga lo que diga el inquilino de Santa Marta) por motivos que se nos escapan por completo a nosotros, sus criaturas más imperfectas. Evidentemente, en la historia de la humanidad en camino hacia él, esta copa tan amarga debe beberse aquí y ahora.

Ya no necesito estrujarme el corazón y el cerebro sobre si debo o no abandonar esta institución eclesiástica. Ya se ha ocupado de eso por mí. La Iglesia católica (terrenal) está acabada y nunca sabremos por cuántos años o siglos será. Pero no nos iremos en paz. Lucharemos, con el poder de la fe, contra aquello que la está sustituyendo condenadamente. Non praevalebunt sigue siendo tan verdadero y vivo como siempre, pero también nosotros debemos estar ahí para dar contenido a esta certeza de la fe.

Ya no hay necesidad de que me devane el corazón y el cerebro para entender si debo o no dejar esta Iglesia institucional. Algunos han pensado que ella misma se encargó de sacarme del camino. La iglesia católica (terrenal) está terminada y nunca sabremos por cuántos años o siglos seguirá así. Pero no caminaremos en paz. Lucharemos, con la fuerza de la fe, contra lo que malditamente lo está reemplazando. El non praevalebunt sigue más verdadero y más vivo que nunca, pero también nosotros debemos estar ahí para dar cuerpo a esta certeza de fe.

Stat crux dum volvitur orbis [La Cruz está en pie mientras el mundo gira]

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Publicado originalmente en italiano el 13 de setiembre de 2024, en Duc in altum

Traducción al español por José Arturo Quarracino 

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